Hoy hay más testimonios de gente con cáncer avanzado que logró sobreponerse y curarse
«El cáncer como camino de sanación», de la médica María Laura Nasi, propone una mirada integral de la persona afectada por esa enfermedad, una propuesta reveladora que no sólo implica tratar lo que le sucede al cuerpo sino atender los aspectos psicológicos, sociales y espirituales del paciente para encontrar el tratamiento más adecuado y llegar a una cura.
Este novedoso enfoque busca el autoconocimiento a través de técnicas de meditación, y es un punto de partida para cualquier persona -con cáncer o no- que se proponga lograr una vida más plena y saludable.
La médica sostiene que alguien se enferma porque vive en una situación de desequilibrio psicofísico que debilita su sistema inmunológico. «El proceso de salud-enfermedad tiene que ver con cómo vivimos y cuán felices estamos. Siempre pensamos: estoy mal de salud, entonces esto me está arruinando la vida, en vez de pensar: qué mal que estoy viviendo y por eso me enfermo», dice Nasi en diálogo con Télam.
En el libro, editado por Paidós, Nasi desarrolla este enfoque a través de casos médicos, y también explica qué alimentos y hábitos son saludables; cuánto influyen los antecedentes familiares en la aparición de un tumor cancerígeno; los motivos por los cuales son importantes la meditación, la actividad física y las prácticas como el yoga, la terapia psicofísica y hasta la astrología.
Nasi se especializó en Medicina Interna y Oncología Clínica en los Estados Unidos, y asegura que está documentado que hay casos de personas que luego del diagnóstico decidieron hacer cambios radicales en sus vidas y lograron una sobrevida de más de 15 años.
Télam: ¿Qué mirada implica para el médico y el paciente el tratamiento del cáncer?
María Laura Nasi: El cáncer nos lleva al desafío de empezar a mirar el proceso de salud-enfermedad de manera más compleja, porque no se trata de causa-consecuencia, como cuando tenemos una enfermedad infecciosa que se trata con un antibiótico. El cáncer no es provocado por una infección, sino que es multifactorial, de ahí que el tratamiento también debe ser multifacético. Para la medicina es mucho más fácil decir cigarrillo igual a cáncer, entonces eliminamos el cigarrillo y eliminamos el cáncer. De esa manera se diseñan los tratamientos que no siempre son exitosos, porque las drogas tienen un determinado porcentaje de efectividad y en algunos casos funcionan y en otros no. Sir William Osler, uno de los padres de la medicina moderna, decía que hay que enfocarse más en la persona enferma y no en la enfermedad, porque las personas llegan al cáncer por caminos diferentes y necesitan abordajes distintos.
T: En el libro dice que el cáncer y la enfermedad en general aparecen por la pérdida del equilibrio interno. ¿Por qué?
M.L.N: Las células del cáncer se manifiestan como personas en un piquete diciendo «aquí hay algo que no va más», entonces se debe ver al cáncer como un llamado de atención. La medicina occidental se enfoca en reprimir ese piquete, eliminarlo con una cirugía, radioterapia o una combinación de ambas -lo cual es necesario- pero no hace nada por mejorar las condiciones de la persona que se enferma, ni en saber por qué se enfermó. A lo largo de nuestra vida producimos pequeños cánceres y si nuestra red psiconeuroinmunológica, que es nuestro sistema de defensa, está funcionando bien, va a inducir a esas células a la muerte celular. Entonces cuando a una persona se le diagnostica cáncer es porque se dieron una confluencia de factores que hacen que la red haya entrado en falla y no pueda detectar esas células.
T: ¿Por qué el sistema psiconeuroinmunológico puede fallar?
M.L.N: Muchas veces el sistema falla porque la persona tiene una mala alimentación, maneja mal su emocionalidad, tiene vínculos tóxicos, sufre situaciones de estrés en su trabajo, entonces el sistema inmune dice «no puedo más». En situaciones así, el sistema inmune actúa en modo alerta cubriendo baches, y no se dedica a reparar, restaurar e identificar esas células que empezaron a mutar, y esas células siguen creciendo por esa falla del sistema.
T: ¿Qué le permite al médico tener una visión holística del paciente?
M.L.N: Entender cuál es la raíz del problema de esa persona. Aliviar solo un síntoma es importante pero no suficiente, porque la enfermedad va a volver a aparecer. Somos un sistema complejo interconectado, lo que significa que aunque un problema se manifieste en un lugar del organismo está afectando a todo el sistema. A través de este tipo de abordaje el médico obtiene una visión que le permite saber por qué una persona se enfermó, y puede ampliar la variedad de estrategias terapeúticas para ayudarla.
T: ¿Cuál es la evolución de los pacientes a partir de este tratamiento, todos logran sobrevivir?
M.L.N: Hoy en día, hay más testimonios de gente con cáncer muy avanzado que logró sobreponerse y curarse. Un caso documentado es el del doctor Servan Schreiber, que tenía un tumor cerebral e hizo un cambio radical en su vida que incluyó la alimentación, la meditación para modificar lo emocional, y después de que el tumor cerebral volviera logró vivir 17 años más.
T: ¿Por qué el ejercicio y la meditación son tan importantes en el tratamiento?
M.L.N: El ejercicio y la meditación son parte del cuidado básico por la «infoxicación» que tenemos y el estrés en el que vivimos. Ante situaciones de estrés el cuerpo produce una cascada de sustancias para luchar o huir, pero no hacemos ni una cosa ni la otra, nos quedamos sentados frente a nuestro escritorio y todas esas sustancias quedan dentro nuestro y nos intoxican, entonces el ejercicio y la meditación son importantes para hacer esa descarga diaria, ante un ambiente laboral violento o abusivo y noticias tóxicas.
T: En el libro también hablás del shock que genera en las personas enterarse que tienen cáncer ¿hay alguna forma más adecuada de dar esa información?
M.L.N: Hay un artículo que cito en el libro que dice que a algunos cánceres más curables no debería llamárselos cáncer, para amortiguar el impacto del diagnóstico en personas que se pueden curar. Igualmente pienso que no usar la palabra es quitarle información a las personas. Me parece mejor educar y explicar que no todos los cánceres son iguales. La idea es tomarse al cáncer como una alarma y empoderar al paciente, porque si la persona cree que va a morir, se muere. Acompaño a pacientes a quienes les dieron un pronóstico de pocas semanas o meses de vida y llegaron a vivir años.